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El juego es un derecho de niñas y niños que debe garantizar el adulto

El juego es un derecho de niñas y niños que debe garantizar el adulto

Última actualización

A través de la acción de jugar, niñas y niños exploran el mundo que les rodea, aprenden a resolver problemas, desarrollan su imaginación y creatividad, y forman sus primeras relaciones con iguales.

Sin embargo, el derecho al juego no siempre se garantiza. Factores como la pobreza, la discriminación, la falta de espacios seguros o el adultocentrismo impiden que muchas infancias tengan la oportunidad de jugar de manera autónoma y segura.

¿Qué Significa Realmente que el Juego sea un "Derecho"?

Que el juego sea un derecho fundamental significa que no es un premio, ni un privilegio, ni una actividad opcional que se otorga «si sobra tiempo». Es un pilar biológico, emocional y social indispensable para un desarrollo saludable.

A menudo, desde la adultez se confunden términos y se le endosa a la infancia «deberes» (como ordenar o hacer tareas) para los cuales aún no tienen la madurez evolutiva, olvidando que su principal «deber» es jugar.

Aunque las leyes, como la educativa chilena, definan correctamente el concepto de juego, este derecho se ejerce (o se vulnera) en el día a día. Es el derecho al tiempo, al espacio y a la validación de su actividad más genuina.

El Rol Indispensable del Adulto: Más Allá de la Vigilancia

El rol del adulto no es dirigir el juego, sino garantizarlo. Esto va mucho más allá de la simple vigilancia o de «ponerles juguetes».

Ser un garante del juego implica:

  1. Crear entornos seguros: No solo físicamente (evitar peligros), sino fundamentalmente emocionalmente. Un espacio donde el niño o niña se sienta seguro para explorar, equivocarse y ser él mismo sin ser juzgado.

  2. Ser un facilitador, no un director: El recurso más importante que se debe garantizar es la disponibilidad del adulto. Esto significa proveer el tiempo y el espacio, permitiendo que el juego sea evolutivo, autónomo y espontáneo, sin demasiada estructura o intervención.

  3. Validar la expresión: Entender que el juego es el lenguaje principal de la infancia. Debemos respetar esa expresión, sin interrupciones innecesarias para «corregir» o «enseñar» algo.

Diferencia Clave: El Juego es un Factor del Desarrollo, no del Aprendizaje

Este es un punto crucial que muchos profesionales deben dominar. El juego no es una herramienta para «aprender» contenidos académicos (como letras o números). El juego es un factor del desarrollo, y es este desarrollo integral el que sienta las bases para el proceso de aprendizaje escolar y social.

Los beneficios del juego impactan en el desarrollo global:

  • Desarrollo Físico y Motor: Promueve el desarrollo de habilidades motoras gruesas y finas, así como su postura tónico-emocional, equilibrio, lateralidad y el conocimiento de sí mismo, del espacio y del tiempo.
  • Desarrollo Cognitivo: Ayuda a desarrollar la capacidad de pensar críticamente, resolver problemas y tomar decisiones, fomentando la autonomía.
  • Desarrollo Social y Vincular: Es clave para desarrollar habilidades sociales como la comunicación, la cooperación y la empatía.
  • Desarrollo Emocional: Ayuda a regular sus emociones (un pilar de la salud mental) y a fortalecer su autoestima.
  • Creatividad: Permite explorar libremente la imaginación, crear mundos y personajes propios, y expresar ideas y sentimientos.

¿Cómo Garantizar el Derecho al Juego en la Práctica Profesional?

Para los profesionales que trabajan con la infancia, garantizar este derecho implica un alto nivel de responsabilidad. Se debe estudiar qué es juego, entender que es evolutivo y espontáneo.

Confundir las «actividades lúdicas» (dirigidas por el adulto con un fin) con el «juego» (autónomo y libre) puede, sin quererlo, transformarse en una vulneración de derechos.

  • En la consulta (Terapeutas): El juego debe ser la principal herramienta de diagnóstico, vínculo e intervención.
  • En el aula (Docentes): Se debe integrar el juego libre en la planificación curricular, no solo como un recreo, sino como un espacio vital de desarrollo.
  • Con las familias: El rol profesional es acompañar y educar. El juego comienza en la crianza y el apego. Si un niño llega a la escuela sin esa base, esas familias necesitan más acompañamiento, no juicio.

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¿Qué Pasa si un Niño no Juega? Factores que Atentan contra este Derecho

La ausencia de juego es una señal de alerta. Puede indicar un impacto en la regulación emocional, dificultades de socialización o la presencia de estrés crónico.

A menudo, esto se debe a factores externos que atentan contra este derecho:

  • Pobreza: La falta de acceso a espacios seguros o recursos. También implica familias con un alto nivel de estrés y, a veces, poca preparación en estos temas.
  • Discriminación: El aislamiento por raza, género, religión u otra característica limita su acceso al juego y a las oportunidades de interactuar con pares.
  • Falta de espacios seguros: La ausencia de parques o la presencia de violencia en el vecindario.
  • Adultocentrismo y Ego: El ego no permite a veces cambiar. Obliga a seguir en creencias que algunos profesionales o adultos no quieren reflexionar, imponiendo una visión adulta sobre la necesidad real del niño.

Conclusión: De la Creencia a la Responsabilidad Ética

El juego es un derecho fundamental de la niñez que debe ser garantizado por los adultos con responsabilidad y ética profesional.

No todo es juego, y «jugar» con las necesidades de las infancias, usándolo solo como una actividad dirigida, es una vulneración de derechos. Como profesionales, nuestro deber es pasar de la creencia a la ciencia, entendiendo el juego como el factor clave del desarrollo que cimienta todo aprendizaje futuro.

Preguntas Frecuentes sobre Juego y Desarrollo (FAQs)

Porque el desarrollo (motor, cognitivo, emocional) es la base y el cimiento. El aprendizaje (escolar, académico) es el proceso que se construye sobre esa base. El juego impacta directamente los cimientos; si la base es débil, el aprendizaje se dificulta.

El juego es espontáneo, autónomo, libre y dirigido por el propio niño. La actividad lúdica es diseñada y dirigida por un adulto con un objetivo específico (aunque sea entretenida). Ambas son útiles, pero solo el juego libre es el derecho fundamental del que hablamos.

Tu rol principal como profesional es ser un garante y facilitador. Como explica la Dra. Marcela Hernández Lechuga, esto implica estar disponible, validar su juego y asegurar que el entorno sea seguro. A veces jugarás con él (si te invita a su juego), pero el objetivo no es dirigirlo, sino acompañar su exploración autónoma.

Referencias

Autor / Institución

Referencia / Obra citada

Tema relacionado

1

Naciones Unidas

Convención sobre los Derechos del Niño, Artículo 31

Derecho al juego

2

UNICEF

“El juego es esencial para el desarrollo infantil”

Juego como derecho y herramienta de desarrollo

3

Bernard Aucouturier

Los fantasmas de la acción y la práctica psicomotriz educativa

Psicomotricidad y esquema corporal

4

Dra. Marcela Hernández Lechuga

Presencia de la psicomotricidad y psicomotricistas en la normativa educativa chilena en infancia. Un análisis documental

Psicomotricidad y desarrollo infantil

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